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julio 22, 2020Uno de los perfiles de paciente que más acude a clínica es el deportista amateur que, tras un periodo de “parón”, vuelve a la actividad pensando que está al mismo nivel de cuando la dejó. Pero, por desgracia, esa no es la realidad.
El confinamiento es el caldo de cultivo para que dicho escenario se produzca, con lo cual, la clave en la vuelta al entrenamiento es ser progresivo, dándole tiempo a que las estructuras del cuerpo se acostumbren al esfuerzo, siendo esta la mejor manera de reducir el riesgo de lesión.
Para ello, aquí tienes unos tips para que disfrutes al máximo de tu vuelta al running:
- Comienza de forma progresiva y regular.
- Deja al menos un día y, a ser posible al inicio, dos días de descanso entre cada salida. El tejido necesita descansar para poder progresar.
- Calienta y activa músculos importantes antes de comenzar a correr.
- No realices estiramientos analíticos antes de correr, aunque sí puedes realizar estiramientos dinámicos.
- Cuanta menos actividad física hayas hecho durante el confinamiento, más tiempo tardarás en coger la forma física. Regularidad, paciencia y paso a paso.
- Aún no es tarde para hacer en casa algún tipo de ejercicio de técnica de carrera, tales como zancadas, skipping, comba, sentadillas…
- La mejora en tu capacidad de movimiento la notarás pronto, en 2–3 días. La sensación de fuerza muscular llegará a la semana, y las mejoras en el tejido muscular en el primer mes y, generalmente, tu resistencia lo hará entre las 4, 6 u 8 semanas siempre que mantengas la regularidad.
- Presta atención a tus sensaciones. Una molestia no es un reto, es una señal. Si aparece dolor no pienses: “A ver cuánto aguanto corriendo con este dolor”.
- No te obsesiones si tienes alguna molestia. La presencia de dolor no implica que por fuerza te hayas dañado. Puede ser simplemente que tu tejido te pida descanso o que seas más progresivo.
- Si en el pasado has sufrido una lesión, sería importante que en los días previos a la vuelta al deporte hagas los ejercicios que te ayudaron a salir de dicha lesión.
- Intenta ir asemejando tu rutina actual lo máximo posible a la que tenías antes de esta situación.
- Recuerda que un aumento de carga no progresivo en la que el cuerpo dificulta la capacidad de adaptación y aumenta el riesgo de lesión.
Como conclusión, la clave es la progresión a la hora de realizar la actividad física. Realiza un buen calentamiento y respeta los descansos; no todo es correr. Si aparece dolor que no sea debido a agujetas, no entres en pánico: descansa y valora modificar y adaptar la carga del entrenamiento.